FUENTE: Cecilia Medina, responsable de I+D+i y Formación de SERNAUTO

La Industria 4.0 es un término promovido por el gobierno alemán que hace referencia a una fabricación avanzada. A pesar de su origen germano, ha cogido bastante fuerza últimamente en nuestro país. El Ministerio de Industria, Energía y Turismo presentó el pasado mes de octubre la iniciativa “Industria Conectada 4.0” con el objetivo de promover la transformación digital de la industria española. El sector de equipos y componentes de automoción ha sido considerado, junto con el textil, como referencia para esta iniciativa, por su tradición innovadora y su capacidad para desarrollar nuevos productos y procesos de producción integrando nuevas tecnologías.

El concepto de Industria 4.0 promueve una nueva manera de organizar los medios de producción basada en la incorporación intensiva de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) y el desarrollo de las personas. Se espera una amplia aceptación de este enfoque por parte de la industria de automoción, ya que cuenta con dilatada experiencia en innovación y flexibilización de los procesos para adaptarlos a la demanda de los clientes, la implantación de la cultura del Lean Manufacturing y la creación de entornos más seguros, medioambientalmente mejores y energéticamente más eficientes.

La iniciativa “Industria Conectada 4.0”, cuyo desarrollo está todavía pendiente de conocer, representa una gran oportunidad para el sector de automoción, no solo por la aplicación de tecnología que refuerce la calidad del producto —mediante la mejora de procesos de mecanizado y robotizado—, sino también por la optimización de otros procesos, como los productivos, logísticos, comerciales y de gestión. Gracias al desarrollo de software y sistemas de análisis, todos los datos que proporciona la “Fábrica Inteligente” se convierten en información de máxima utilidad para poder anticipar decisiones entre los distintos eslabones de la cadena de suministro, lo que revierte en la calidad, el precio, el servicio del producto y, en definitiva, en la competitividad de la industria.

Los habilitadores digitales van abriéndose camino en el sector: la impresión 3D facilita el prototipado y modelización y ayuda a reducir el tiempo de lanzamiento al mercado; la sensórica cuenta cada vez con más aplicaciones en procesos, productos y nuevos modelos de negocio; en el área de la robótica avanzada se abre todo un mundo de posibilidades con la comunicación M2M; el desarrollo de la inteligencia artificial; la mayor capacidad de gestión de datos; la realidad aumentada y un largo etcétera aún por descubrir.

Pero con la fábrica del futuro se pretende ir más allá. Fundamentada en procesos 6-Sigma, será clave para conseguir ‘0 defectos’ en la producción, que el 100% de los residuos generados en los procesos se reutilicen y que la información disponible en tiempo real, y basada en procesos inteligentes, sea capaz de predecir fallos y diagnosticar averías. Todo ello favorecerá que la trazabilidad de los componentes en toda la cadena de valor sea determinante para tener la historia individual de cada unidad producida.

Son múltiples las empresas de automoción presentes en España que están apostando poco a poco por la fabricación avanzada. Todavía queda mucho camino por recorrer para su pleno desarrollo, pero lo importante es que la industria está preparada y tiene claro cuál es su dirección. Ha recuperado los niveles de producción perdidos en los últimos años, cuenta con personal muy cualificado —tan importante para la integración de medios y trabajadores— y va a buen ritmo en la automatización de procesos y la reducción de ciclos que serán clave para mejorar su competitividad y seguir siendo referente en el mercado global en el que opera.

Artículo publicado en la revista ‘Calidad Abril nº I 2016’ de la Asociación Española de la Calidad (AEC).

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